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El adulto mayor es muy susceptible a sufrir accidentes como caídas y problemas en los huesos como la osteoporosis, lo cual puede conyevar a producir daños graves en los mismos si no se toman las precauciones debidas. ¿Deseas saber por qué se producen las fracturas de caderas en ancianos? ¿Cuál es el tratamiento y el pronóstico de dicha afección? A continuación hablaremos de forma profunda sobre este tema.
Una fractura de cadera es una lesión de nivel grave que en la mayoría de los casos puede poner en riesgo la vida de la persona si no es atendida inmediatamente por un especialista. Cuando ocurre una fractura de cadera, se produce una ruptura parcial o total en el hueso del muslo de la articulación de la cadera, es decir, en el fémur. Muchas veces este tipo de rotura requiere de una reparación o de un reemplazo quirúrgico junto a varias sesiones de fisioterapia para que el hueso vuelva a su estado óptimo.
Por lo general, este problema suele ser más común en los adultos mayores, ya que el riesgo de sufrir este traumatismo aumenta con la edad. Esto sucede porque los huesos de los ancianos se debilitan durante esta etapa y tienden a desarrollar osteoporosis, una enfermedad que debilita los huesos.
La fractura de cadera puede dividirse en tres tipos según el área donde haya ocurrido la lesión. Estos son:
Este tipo de fractura es uno de los más fáciles de reparar porque no afecta o interrumpe el flujo sanguíneo que llega hasta el hueso. Esto ocurre porque la lesión suele producirse en una distancia de entre tres y cuatro pulgadas de la articulación de la cadera, por lo tanto, no está lo suficientemente cerca como para evitar que la sangre pase.
Por otro lado, la fractura del cuello femoral se origina un poco más cerca de la articulación de la cadera, aproximadamente entre una y dos pulgadas de dicha zona. A diferencia del problema anterior, en este caso el paso de la sangre hasta la cabeza del fémur se ve afectado y, por ende, puede causar una complicación que algunas veces es muy difícil de reparar.
Esta lesión tiene grandes posibilidades de desarrollarse con la osteoporosis, razón por la cual es más común en la población mayor.
La fractura por fatiga es más difícil de diagnosticar que en los dos tipos anteriormente mencionados. Ya que genera una pequeña grieta en el fémur que es muy difícil de visualizar y, en la mayoría de las veces, no es capaz de poner en peligro a todo el hueso.
Este tipo de fractura en concreto puede aparecer cuando la persona hace ciertos movimientos repetitivos en exceso, lo que causa una serie de síntomas que va desde dolor en la zona hasta sensibilidad e hinchazón leve.
El 90% de las fracturas de cadera generalmente entran en los dos primeros tipos de lesiones, es decir, en el grupo de fractura intertrocantérica de cadera y fractura del cuello femoral.
Es muy importante destacar que cada adulto mayor que sufra una fractura de cadera puede manifestar los síntomas de esta lesión de una forma diferente. Entre los signos y síntomas más comunes se encuentran:
Es de suma importancia recurrir inmediatamente a un especialista si el anciano presenta estos síntomas después de haber sufrido una caída. Especialmente si tiene problemas para moverse o para levantarse del suelo. En este caso se recomienda llamar a una ambulancia para que los para-médicos levanten a la persona del suelo y la trasladen al hospital sin causarle ningún daño.
La gran mayoría de fracturas de cadera en ancianos suelen darse a causa de:
Algo que muchos no saben es que las mujeres pierden los minerales de los huesos con mayor facilidad que los hombres, por esa razón esta lesión suele originarse en el 70% de las féminas. Esta diferencia se debe a que la menopausia reduce los niveles de las hormonas sexuales de las mujeres, es decir, los estrógenos. Así como también acelera la pérdida de dichos minerales en los huesos.
A pesar de esto, de igual forma los hombres tienen grandes posibilidades de presentar niveles muy bajos de densidad ósea.
Tanto la masa muscular como los minerales de los huesos van disminuyendo de acuerdo a la edad de la persona, por lo que esta lesión es muy frecuente en los adultos mayores. Además, los ancianos también tienden a desarrollar otros daños en la salud que pueden aumentar el riesgo de sufrir una caída como, por ejemplo, problemas de equilibrio o visión.
Actualmente existen algunos medicamentos que contienen cortisona como es el caso de la prednisona. Este fármaco no está recomendado en ciertos casos porque su consumo en exceso debilita los huesos y puede causar grandes posibilidades de una fractura de cadera en ancianos.
Por otra parte, los medicamentos cuyos efectos influyen en el sistema nervioso central como los antipsicóticos, sedantes o hasta incluso los fármacos para dormir, son unos de lo más relacionados con este tipo de lesión.
Los trastornos intestinales interfieren en la absorción del calcio y la vitamina D, así como también son capaces de provocar una fractura de cadera en ancianos porque debilitan los huesos. Este último aspecto también ocurre en los trastornos endocrinos como, por ejemplo, la tiroides hiperactiva.
Además de estas enfermedades, también existen otros trastornos que pueden ser un factor clave en la caída de la persona mayor, ya que actúan sobre el sistema nervioso y el cerebro. Entre dichos trastornos se encuentran los accidentes cerebrovasculares, la demencia, el deterioro cognitivo, la enfermedad de Parkinson y la neuropatía periférica.
El tabaco y el alcohol no permiten que los huesos se fortalezcan y se mantengan sanos, algo que influye de manera positiva en la disminución de la densidad ósea o de los minerales de los huesos.
Algunos ejercicios físicos son ideales para reducir las posibilidades de sufrir una fractura y para fortalecer tanto los huesos como los músculos. Entre estos se encuentran aquellos en los que se implica soportar algo de peso, como es el caso de las caminatas.
Debido a esto, los especialistas recomiendan que los adultos mayores caminen por lo menos 30 minutos al día. De esta forma evitarán que sus huesos se debiliten y pierdan sus minerales.
Cuando los ancianos no siguen una dieta alimenticia rica en calcio y vitamina D, tienen grandes posibilidades de sufrir una fractura de cadera en un futuro. Sobre todo, si padecen de algún trastorno alimenticio como la bulimia o la anorexia nerviosa. Ya que que estas enfermedades no permiten que el organismo adquiera los nutrientes necesarios para fortalecer los huesos. Por lo tanto, lo más probable es que sufran daños en la estructura ósea con el paso del tiempo.
Además de los problemas anteriormente mencionados, las personas que cumplan con algunas de las siguientes características pueden sufrir una fractura de cadera con mayor frecuencia que el resto de la población:
Una fractura de cadera en ancianos puede darse como consecuencia de un impacto grave como. Un ejemplo de esto puede ser por un accidente automovilístico o una caída desde gran altura. Sin embargo, por lo general las personas adultas mayores son más propensos a sufrir esta lesión por una caída estando de pie al caminar sobre una superficie plana, especialmente cuando están en sus hogares.
En el caso de las personas que tengan huesos muy débiles, estas pueden fracturarse con tal solo estar de pie.
Cuando ocurre una fractura de cadera en ancianos, en la mayoría de los casos tienden a desarrollar ciertas complicaciones a raíz de esta lesión. Dicha dificultad podría poner en riesgo la independencia de la persona en un futuro, hasta incluso pueden disminuir la expectativa de vida del individuo. Esto se debe a que un gran porcentaje de ancianos que sufren de una fractura de cadera, no son capaces de volver a recuperar la movilidad de la zona completamente y, por ende, pierden su independencia.
Si la fractura es muy grave y no le permite a la persona moverse por un tiempo prolongado, esto podría desencadenar en algunas de las siguientes complicaciones:
Los ancianos que sufrieron una fractura de cadera y pasaron por una cirugía tienen un gran riesgo de volver a sufrir otra lesión de este tipo. Esto pasa porque luego de la primera fractura es muy común que los huesos se debiliten y que la persona tienda a caerse más a menudo como consecuencia de ello.
La tasa de mortalidad en los adultos mayores de 80 años de edad que sufren una fractura de cadera se duplica en comparación con el resto de ancianos que no presentan ninguna lesión de este tipo. De hecho, aproximadamente el 18% de las personas que se lesionan la cadera fallecen, incluso luego de haber pasado por un proceso quirúrgico y una terapia de rehabilitación.
Además, generalmente estos ancianos pueden fallecer por las complicaciones que se generan a raíz de la lesión. Entre dichas complicaciones se incluye neumonía, insuficiencia renal aguda, infección en la sangre, accidente cerebrovascular, insuficiencia cardíaca, infección urinaria y úlcera gástrica. Sin embargo, existe la posibilidad de mejorar la expectativa de vida del individuo si se previenen estas enfermedades o si se tratan a tiempo y se lleva un tratamiento adecuado.
En muchos casos, un especialista puede diagnosticar una fractura de cadera en ancianos con tan solo ver los síntomas que presenta el viejito junto a la posición en la que esté tanto la cadera como la pierna. A pesar de esto, igualmente necesitará hacer una radiografía para confirmar el diagnóstico y conocer la ubicación exacta donde se produjo la fractura en el hueso.
En caso de que la radiografía no muestre ninguna anomalía y el adulto mayor manifieste dolor en la cadera, se puede recurrir a una resonancia magnética. Con esta prueba el médico obtendrá imágenes más detalladas en las cuales tendrá la oportunidad de ver si existe alguna grieta pequeña que cause dicha molestia.
Para tratar una fractura de cadera en ancianos se debe utilizar una combinación entre cirugía, rehabilitación y medicamentos. Por lo tanto, el plan de tratamiento y recuperación está compuesto de la siguiente manera:
En una cirugía para reparar la fractura de cadera en ancianos existen tres opciones para realizar la operación, ya que el método a utilizar dependerá tanto de la ubicación como de la gravedad de la lesión y la edad de la persona. Entre estas opciones se encuentran:
Los adultos mayores que hayan sufrido una fractura del cuello femoral tienen menos probabilidades de que la lesión se cure. Por esta razón, el especialista tendrá que decidir entre reemplazar la cadera de forma parcial o total, puesto que la reparación interna con tornillos no será efectiva.
El proceso de rehabilitación de una fractura de cadera o fémur en ancianos comienza el día después de la cirugía. Así que lo primero que el especialista le pedirá a la persona es que camine cada cierto tiempo. Luego, comenzarán las sesiones de fisioterapia donde se llevarán a cabo una serie de ejercicios para mejorar el movimiento del hueso y fortalecerlo.
Es importante destacar que el individuo tendrá que salir del hospital y dirigirse inmediatamente hacia un centro de atención prolongada para seguir con la rehabilitación. Esto dependerá del tipo de cirugía que se haya practicado y si la persona tiene ayuda en casa, por lo que el especialista decidirá cuál opción es mejor.
Tanto en el hogar como en el centro de atención prolongada, el adulto mayor contará con un terapeuta ocupacional. Este especialista será el encargado de realizar ciertas técnicas profesionales que le ayuden al anciano a recuperar su independencia para su día a día. De esta manera podrá bañarse, ir al baño, cocinar y vestirse sin necesitar la ayuda de alguien más. Para lograr este objetivo la persona puede utilizar una silla de ruedas o hasta incluso un andador, pero esto lo decidirá el terapeuta según su propio criterio.
Es muy probable que aproximadamente el 10% de los ancianos que se fracturen la cadera se vuelvan a lesionar dos años después. No obstante, en el mercado actual existen algunos medicamentos que sirven para prevenir una segunda fractura. Entre estos medicamentos se encuentran los que se utilizan para la osteoporosis, además de los bifosfonatos.
A pesar de que los bifosfonatos son muy efectivos para este caso, es importante mencionar que muchas veces su consumo es muy difícil de tolerar, sobre todo en los ancianos con problemas renales. Ya que puede causar hinchazón en la mandíbula, dolor y hasta problemas en la vista. Por lo tanto, los especialistas recomiendan la administración de este fármaco por vía intravenosa.
Realmente no se conoce el tiempo exacto que necesita una fractura de cadera en ancianos para recuperarse por completo. Ya que esto dependerá completamente de la gravedad de la lesión y también del método que se utilizó para realizar la cirugía.
Además de esto, las sesiones de fisioterapia también juegan un papel muy importante en el proceso de recuperación. Por lo tanto, el tiempo del mismo también se verá influido por el avance que muestre la persona durante la rehabilitación.
Los ancianos tienen la oportunidad de prevenir una fractura de cadera si llevan a cabo un estilo de vida saludable. Esto es un factor clave que los ayudará a reducir el riesgo de perder minerales en los huesos. Así como también de padecer de osteoporosis o de sufrir una caída que cause lesiones graves
Para ello deben seguir las siguientes recomendaciones:
Como anteriormente lo mencionamos, el tabaco y el alcohol son capaces de disminuir la cantidad de minerales que se encuentran presentes en los huesos. Además de esto, las sustancias alcohólicas influyen de manera negativa en la salud general de la persona y deterioran el equilibro de la misma, algo que puede incrementar el riesgo de sufrir caídas.
Los especialistas recomiendan que tanto los hombres como las mujeres mayores de 50 años de edad consuman ciertas cantidades de estos minerales. En el caso del calcio, es aconsejable que ingieran cerca de 1200 miligramos por día. Mientras que para la vitamina D se recomiendan unas 600 unidades por día.
Es muy importante que todos los adultos mayores se realicen un examen de la vista cada dos años. De esta manera se podrá evitar que algún problema de visión aumente el riesgo de caídas. Especialmente si se trata de una persona con una enfermedad ocular o con diabetes.
Los ejercicios que se enfocan en mejorar la fuerza general del cuerpo son ideales para prevenir las caídas. De igual forma sucede con los ejercicios de equilibrio, puesto que esta habilidad tiende a estropearse con el paso de los años.
Al levantarse de la cama o de una silla, es vital hacerlo lentamente. Esto sucede porque el levantarse muy rápido puede hacer que la presión arterial disminuya y, por ende, la persona comenzará a sentirse débil y puede caer al suelo.
Para prevenir una fractura de cadera en ancianos se debe evaluar el hogar en busca de cualquier objeto que pueda causar una caída. En este caso se pueden incluir los cables eléctricos, las alfombras y hasta incluso algunos muebles. Por este motivo es fundamental retirar estos elementos e iluminar muy bien todas las habitaciones y sus alrededores.
En caso de que el adulto mayor no se sienta estable al momento de caminar, puede preguntarle a su médico si puede utilizar alguno de estos dispositivos para mejorar la estabilidad y así prevenir las caídas.
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